En los últimos meses, he trabajado en un par de nuevas canciones, grabadas y producidas totalmente en mi home studio junto a un co-productor. Quiero enseñarte lo que aprendí en mis recientes producciones.
Desde el mes de julio del presente año inicié la producción de varias canciones del artista Zuma, cantautor mexicano del género pop/rock romántico.
Él ya había producido un par de canciones junto a otros productores, sin embargo decidió trabajar conmigo para la última parte de su disco, que serían 5 canciones más.
Esto fue una experiencia llena de aprendizajes y también de retos, por lo que quiero contarte un poco sobre las cosas que aprendí dentro de estas producciones.
1. Ser honesto y proponer
La primera canción que grabamos fue «Otro lugar». Esta canción llegó siendo una simple maqueta, la cual el artista había desarrollado en su propio home studio.
Cuando la escuchamos, nos dimos cuenta que era una buena canción pero el estilo de producción de la maqueta tenía algo que la hacía sonar un poco vieja, como si fuera una canción del año 2000.
Mi co-productor y yo fuimos honestos con el artista, le comentamos que si dejábamos ese estilo de producción quizá no sonaría tan moderno. El artista rápidamente aceptó la crítica constructiva y nos pidió que propusiéramos algo.
Lo que hicimos fue darle un sonido mucho más fresco a la guitarra acústica en cuestión a los arreglos y dejar a un lado las guitarras eléctricas distorsionadas, que lo hacían sonar un poco al rock de los 2000’s.
De igual manera, siempre en la pre-producción intentamos pensar en la mayoría de los arreglos que iremos poniendo a la canción, para tener un panorama general sobre lo que haremos.
Esta canción tiene un par de arreglos que me gustaría mencionar, pues a mi parecer son los que «colorean» la canción dándole un toque un poco más moderno y particular.
Primeramente, en el segundo 0:31 agregamos una voz de fondo, la cual está dando un poco de misterio a la canción, con una frase que dice «Donde estés es mi lugar y tu lugar es mío».
De igual manera, a partir del segundo 0:41 agregamos un Rhode que entra junto a la batería y también da un tono un poco más «sensual» o misterioso.
En el segundo 1:44 hicimos una pausa total de la batería acústica para agregar una batería digital con un filtro, lo cual también fue uno de los detalles que me gustó.
2. Las referencias son tu mejor amigo
La segunda canción que grabamos fue «Volverte a soñar», una canción que definitivamente dio un giro de 180 grados.
Ésta canción también llegó siendo una simple maqueta, pero batallamos un poco para darle dirección debido a que no encontrábamos ese estilo de producción que pudiera realmente hacerla sonar excelente.
Lo que hicimos fue repasar toda la canción simplemente con guitarra y voz, para después proponer algún estilo de producción que pudiéramos tomar como referencia.
Hubo una canción en particular que usamos para poder usar como referencia en cuestión al arreglo, mezcla, etc… Y fue la canción de «Ángel» de Juanes.
Definitivamente ésta fue una de mis canciones favoritas del año, por lo que usarla como referencia fue algo bastante divertido.
Si te fijas, en el primer verso que dice «Todo el tiempo que pasamos..», simplemente usamos una batería, sintetizadores y un bajo. Esto fue una referencia directa de la canción.
De igualmente, el primer coro en el segundo 0:49, utilizamos un par de arreglos para hacer esta producción moderna y con un par de elementos electrónicos.
3. Hay que llevar la artista al límite de su esfuerzo
Uno de nuestros trabajos más importantes como productores, es hacer que los artistas den lo mejor de sí mismos al momento de interpretar una canción, ya sea con instrumento o con voz.
Hubo una experiencia que quiero contarte que pasó al grabar la tercera canción de Zuma, la cual aún no sale a la luz pero se titula «Descifrarte».
Esta canción tiene solamente dos coros, por lo que en el último coro decidimos explotar la canción y agregar muchos elementos para que se sintiera el crecimiento y la emoción.
El último coro tiene una nota bastante larga de voz, la cual dura poco más de 7 segundos y se canta con voz de pecho, por lo que es un poco difícil de interpretar.
Lo que pasó fue que al momento de llegar a esa parte de la grabación, el artista se puso un poco nervioso y las notas no le salían bien, al grado de que ni siquiera podía completar 4 segundos.
Esto fue un poco frustrante para todos, debido a que perdimos un poco de tiempo al intentarlo hasta el punto en el que mejor decidimos parar la grabación e intentarlo otro día.
Sin embargo, en ningún momento nos molestamos ni nos mostramos intolerantes con el artista. Todo lo contrario… Lo motivamos cada segundo y le hicimos ver que si se concentraba y se esforzaba, las cosas sí le iban a salir.
Esto es porque creemos que las personas pueden dar su máximo potencial cuando se encuentran motivadas y cuando sienten que alguien verdaderamente CREE en ellos.
En la siguiente sesión, Zuma regresó un poco más motivado y obviamente habiendo practicado la canción, pudiéndola grabar sin ningún problema.
Estas fueron algunas de mis experiencias en mis más recientes producciones. ¿Qué opinas? ¿Te has topado con algo familiar?
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